Quito, septiembre de 2022.- Diferentes problemáticas relacionadas a crisis ambientales y sociales como hambrunas, desempleo, contaminación de campos de cultivo, entre otros, han llevado a líderes de diversos ámbitos a “tomar cartas en el asunto”, a través de la participación activa en iniciativas públicas y privadas que buscan contribuir a la sostenibilidad global.

Para Betterfly, primer unicornio social en Latinoamérica, el pilar neurálgico de todo lo que hace se decanta en el triple impacto de la organización: la claridad del valor económico del negocio, el impacto ambiental y la profunda sensibilidad y conciencia en la mirada social.

Juan Pablo Larenas, Chief Impact & Community Officer de Betterfly, afirma que las empresas hoy en día deben pensar en cumplir una misión que sobrepase la búsqueda de beneficios propios; y que las compañías retribuyan los beneficios y ganancias por medio de acciones que impacten positivamente al medio ambiente y a la sociedad.

Actualmente, existen más de 900 empresas B certificadas en América Latina y Caribe, todas con un objetivo en común: transformar la economía global para beneficiar a todas las personas, e impactar positivamente a las comunidades al ser agente de mejora para el planeta.

“Estamos seguros que poner el propósito social en el centro de todo lo que hacemos, nuestras operaciones, cultura y marca, es la razón por la que hemos podido crecer como lo hemos hecho y alcanzar varios hitos que solo un par de años atrás hubieran parecido imposibles” comenta Larenas.

Sistema B y Empresas B

Sistema B es una organización sin fines de lucro que cree que los Gobiernos, las organizaciones y los ciudadanos, deben trabajar en conjunto para construir una nueva estrategia, en la que el éxito y los beneficios financieros impulsen la construcción de una economía más justa, equitativa y regenerativa para las personas y para el planeta.

Según las bases en las que se sustenta Sistema B, Betterfly tiene un desempeño superior en la contribución al bienestar económico y social de las comunidades en las que opera, y que, a través de esta contribución la compañía está construyendo una prosperidad compartida y sostenible para todos.

“Betterfly tiene la misión de cambiar el mundo a través del servicio que ofrecemos y eso está en nuestro ADN como Empresa B. Trabajamos para lograr un entorno social más equitativo, inclusivo y diverso poniendo a la persona en el centro de la ecuación”, explica Alejandro Freund, Country Manager de Betterfly en Ecuador.

En Ecuador existen 23 compañías certificadas como empresa B, lo que se traduce a un aporte a la economía ecuatoriana en: 1.235 colaboradores y USD 158,9 millones en ingresos anuales.