- Minsait subraya la importancia de tecnologías como la analítica del dato, la automatización o la inteligencia artificial para dar valor a los procesos, y hacer llegar a los ciudadanos una atención más personalizada e inmediata
- El dato se convierte en un activo estratégico del cambio, pero son las personas las que verdaderamente lideran la transformación hacia procesos más inteligentes y cercanos, siendo por ello, preciso incentivar la formación y adaptación del personal a las nuevas tecnologías
- La migración a la nube supone un paso más en la gestión de la información, ya que aporta flexibilidad y agilidad en los trámites, e implica una seguridad intrínseca que garantiza la disponibilidad de los servicios en entornos seguros, lo que es crítico en el ámbito tributario.
Quito, noviembre de 2022- La facturación electrónica se ha convertido en una clave para la transformación digital de los negocios en América Latina. Tras un arduo análisis, las administraciones tributarias de países como Ecuador, han apostado por el dato como el principal activo, esto, como una opción eficiente en términos operativos que permita dar respuesta a una sociedad cada vez más conectada y que reclama servicios de valor en todos los ámbitos.
Un cambio de paradigma que da como resultado administraciones orientadas al ciudadano, con una visión 360º de sus necesidades y beneficios, donde los servicios que se ofrecen al contribuyente se personalizan en función de los datos recabados, otorgando una simplificación de los sistemas. La disposición de información de calidad, homogeneizada y accesible ofrece al ciudadano una mayor facilidad al momento de gestionar trámites tributarios, pues significa independencia sobre el canal por el cual se genera.
«Los contribuyentes exigen una atención cada vez más personalizada, autónoma, inmediata y sencilla. Y para lograrlo, el dato es un activo estratégico del que hay que extraer el máximo valor y conocimiento», explica Juan Eduardo Sánchez, responsable del Centro de Excelencia de Tributos en Minsait, quien resalta la necesidad de implementar tecnologías como la automatización o la inteligencia artificial, para explotar los datos y convertirlos en un activo transformador dentro de las organizaciones.
La Administración que propone Minsait bajo el modelo Data Driven avanza hacia un enfoque de proactividad con la ciudadanía, anticipándose a sus demandas mediante la gestión inteligente de la información y de los datos. Impulsa estrategias de automatización en los servicios públicos, de manera que la inteligencia artificial y la robótica sean «aliados» claves para mejorar en eficiencia, en personalización y en generación de valor público. Para la compañía, es clave poder encaminarse por un modelo de servicio en el que el dato gane terreno y gobierne de forma transversal a todo, permitiendo gestionar de manera eficiente y efectiva, uno de los mejores activos de que dispone la Administración (la información de sus contribuyentes) y así, genere un nuevo conocimiento que lidere la propia estrategia interna.
El particular empleo de una estrategia centrada en el dato como base de la facturación electrónica, favorece además la reducción de errores en la emisión de comprobantes y la prevención del fraude. Sin embargo, esta transformación también se convierte en el puente para un cambio cultural en cada una de las administraciones tributarias, adecuando las capacidades de sus profesionales a las nuevas herramientas y tecnologías que tendrán a su disposición. “No puede haber evolución sin las personas. La tecnología es la herramienta, pero es el capital humano el que debe ser habilitador del cambio. Es preciso ofrecer las aplicaciones necesarias para facilitar su labor y adaptación, para incentivar el avance hacia un Gobierno del Dato inteligente, con procesos más resilientes y cercanos al ciudadano”, valora el responsable de Minsait.
Crecer en la nube: la nueva revolución
Desde Minsait se considera que el Gobierno del Dato cobrará mayor importancia a medida que avance la digitalización de los Servicios Públicos, convirtiéndose en un elemento tractor, e ineludible, en la transformación para la gestión de Tributos. Su relevancia se une además al crecimiento de los servicios en la nube y supone un punto de inflexión para la creación de sistemas que sean más resilientes y adaptables, algo básico en la Administración. En este sentido, cabe recordar que la migración al cloud aporta importantes beneficios, como la optimización de costes y la dotación de flexibilidad en las infraestructuras tecnológicas. Asimismo, garantiza la respuesta a la demanda en escalabilidad y agilidad; impulsa la innovación y el desarrollo de nuevos modelos de operación, e implica una seguridad intrínseca que garantiza la disponibilidad de los servicios al cliente final en entornos seguros, premisa que es aún más crítica en el ámbito tributario.
Garantizar esa migración en un entorno de seguridad es el paso necesario para alcanzar el éxito. De hecho, las administraciones que decidan acometer la migración ahora, tendrán ya un gran camino recorrido para el futuro. Es importante por ello, subraya Juan Eduardo Sánchez, “ir ganando en competitividad y capacidad de innovación, dotando a los procesos de una protección sólida que genere confianza y asegure el acceso y protección de la información, así como garantías de operación dentro de un entorno de soberanía digital, confianza y seguridad”.
El Informe Ascendant Madurez Digital 2022 de Minsait, “Modernizar y Crecer en la Nube”, presentado recientemente por la compañía, constata la importancia de este avance. El documento, que ha analizado en profundidad el grado de madurez de los sistemas tecnológicos y operativos de más de 100 empresas en cinco ámbitos críticos (comercial, core, operaciones en tiempo real, corporativos, ecosistemas de datos y puestos de trabajo) y en 10 sectores de actividad económica, revela que las Administraciones públicas son las menos avanzadas en iniciativas de modernización y crecimiento en nube. De ellas, solo el 13% ha modernizado sus sistemas y apenas el 47% tiene entre sus prioridades evolucionarlos. La falta de recursos humanos, la obsolescencia tecnológica o los miedos para adaptar los procesos más críticos son sus principales limitaciones.