- La economía circular se posiciona como un modelo clave para una producción más sostenible, rentable y responsable en el Ecuador.
- Impulsada por sectores industriales como el de bebidas no alcohólicas, esta estrategia prioriza la reducción, reutilización y reciclaje de materiales, promoviendo una transformación que optimiza recursos, reduce residuos y fortalece la competitividad.
- Iniciativas como las lideradas por la Asociación de Industrias de Bebidas no Alcohólicas del Ecuador (AIBE) demuestran que es posible generar valor económico y ambiental al mismo tiempo.
Quito, junio de 2025 La economía circular se consolida como un modelo estratégico que impulsa la transformación industrial hacia procesos más sostenibles, eficientes y rentables, sin afectar negativamente a la actividad productiva. Este enfoque promueve la optimización del uso de recursos, la reducción de residuos y la creación de valor económico y social para las empresas y la sociedad.
Se basa en tres principios fundamentales:
- reducir,
- reutilizar
- y reciclar.
Al prolongar la vida útil de los productos mediante reparación, remanufactura y reciclaje, las empresas pueden disminuir la extracción de materias primas vírgenes, reduciendo costos y su impacto ambiental[1].
Por ejemplo, sectores como la moda, la tecnología y empresas productoras de bebidas no alcohólicas están implementando exitosamente procesos circulares que ahorran recursos y generan nuevos modelos de negocio.
La industria ecuatoriana está adoptando tecnologías limpias y procesos más eficientes que reducen costos operativos, mejoran la eficiencia energética y disminuyen la huella ambiental. Además, se incentiva el diseño de productos más duraderos y reciclables, respondiendo a la creciente demanda de consumidores conscientes y fortaleciendo la posición del sector en mercados nacionales e internacionales.
Las empresas afiliadas a AIBE, que agrupan a más del 90% del sector de bebidas no alcohólicas del país a nivel nacional, están liderando esta transición con iniciativas que destacan por su alcance:
- Aligeramiento y reducción del 25% en el uso de resina virgen en envases PET, disminuyendo la dependencia de materias primas y reduciendo significativamente la huella ambiental del sector.
- Implementación de empaques 100% reciclables, impulsando la circularidad de los materiales y respondiendo a las demandas de consumidores más conscientes.
- Fortalecimiento de sistemas de recolección posconsumo, integrando a recicladores de base y gestores ambientales para garantizar la trazabilidad y valorización de los residuos.
“La economía circular no es solo una estrategia industrial, es una responsabilidad compartida que conecta directamente con la protección del medio ambiente y los ecosistemas marinos. Cada botella reciclada, cada envase reutilizado y cada innovación en empaques sostenibles es una acción concreta hacia un Ecuador más limpio y resiliente”, señala Carla Muirragui, presidenta de la Asociación de Industrias de Bebidas no Alcohólicas del Ecuador (AIBE).
Como parte de esta estrategia, la Asociación de Industrias de Bebidas no Alcohólicas del Ecuador (AIBE) desde hace cuatro años impulsa el programa “1,2,3 a reciclar”, que tiene como objetivo fomentar la correcta separación de residuos —en especial botellas PET— mediante capacitaciones, entrega de contenedores y trabajo directo con recicladores de base. La iniciativa ha recuperado, durante estos años, más de 5 toneladas de material PET, lo que se traduce en cerca de 1,5 toneladas en promedio anualmente; contribuyendo a su revalorización en los procesos productivos, mediante el tratamiento adecuado de los materiales a través de gestores calificados.
Hoy, más que nunca, se requiere fortalecer la colaboración público-privada y fomentar un consumo consciente y responsable. “No se trata solo de producir diferente, sino de consumir diferente”, enfatiza Muirragui.
La economía circular no solo protege el medio ambiente, sino que también fortalece la resiliencia de la industria frente a desafíos económicos y sociales. Con una adopción creciente a nivel global, este modelo representa una oportunidad para que las empresas lideren la transición hacia una economía más responsable, eficiente y competitiva, generando beneficios tangibles para todos los actores involucrados.
[1] Según Enerl Green Power. Disponible en: https://www.enelgreenpower.com/es/learning-hub/desarrollo-sostenible/economia-circular