
En medio de una realidad local marcada por la eliminación de subsidios, el alza de los precios de los combustibles y la necesidad urgente de reducir las emisiones para mitigar el cambio climático, cada vez más ecuatorianos están optando por la movilidad eléctrica. Esta transición no solo representa una acción ambiental consciente, sino también una oportunidad concreta de ahorro familiar.
De acuerdo con el último Global EV Outlook de la Agencia Internacional de Energía, más del 60% de los autos vendidos en América Latina serán eléctricos o híbridos hacia 2030. En Ecuador, el cambio ya es evidente: solo entre enero y septiembre de 2025, la categoría de autos eléctricos ha crecido un 180% en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE).
Un alivio tangible para el bolsillo de los ciudadanos
- Según Simón Pérez, Gerente General de Andor Corp, que maneja la marca BYD en Ecuador, una de las formas más claras de percibir el alivio económico que representa optar por un auto eléctrico radica en el costo diario de moverse. Cargar un vehículo de este tipo cuesta entre 4 y 10 dólares por la carga completa, frente a los más de 30 dólares que puede implicar llenar un tanque de gasolina, con lo cual el ahorro es claro.
- A esto se suma el menor costo de mantenimiento: los autos eléctricos no requieren la misma cantidad de cambios de aceite, y tienen menos piezas móviles, lo que reduce el desgaste. Esto puede traducirse entre un 40% a un 60% de ahorro económico en servicios técnicos. En un auto eléctrico, como el caso de un BYD, el mantenimiento se realiza cada 20,000 km ofreciendo una ventaja de ahorro importante.
- Mientras el precio de los combustibles fluctúa por factores externos, el valor de la electricidad en Ecuador se mantiene estable. Además, quienes ya tienen un vehículo eléctrico acceden a tarifas reducidas entre las 22:00 y las 06:00.
- Pero, más allá del costo por carga, existen otros incentivos que fortalecen aún más la decisión de pasarse a un auto eléctrico. Algunos de ellos generan ahorros desde el primer día y otros se sienten mes a mes.
Beneficios adicionales que hacen la diferencia
- Precio más accesible desde la compra: exención de IVA, ICE y aranceles de importación.
- Ahorro acumulado cada año: no pagan el Impuesto Anual a la Propiedad Vehicular.
- Matriculación preferencial: propuesta de USD 10 anuales, frente a los valores tradicionales entre USD 30 y USD 100.
- Exoneración del pago en zonas tarifadas: como la zona azul en Quito.
- Libre circulación todos los días: exención del “Pico y Placa” en ciudades como Quito, lo que reduce la necesidad de tener un segundo vehículo.
Estos beneficios se complementan con una tecnología como la que ofrece BYD, diseñada no solo para durar, sino también para brindar una experiencia de conducción más cómoda, segura y silenciosa.
Tecnología confiable y duradera
- Las baterías de última generación, como la Blade Battery de BYD, ofrecen hasta 5.000 ciclos de carga, equivalentes a varios años de uso continuo. Además, cuentan con sistemas inteligentes que gestionan la temperatura y el rendimiento para alargar su vida útil, lo que se traduce también en una optimización de recursos.
- A esto se suman beneficios de comodidad: cabinas aisladas del ruido, conducción suave y asistencias tecnológicas como sensores de carril, que aportan a una experiencia segura y relajada.
La movilidad eléctrica ya forma parte del presente de muchas familias en Ecuador, porque representa menos gastos, menos restricciones y más libertad para planificar. Sin embargo, seguir impulsando esta transformación requiere tecnología accesible, incentivos claros e información transparente.
Marcas comprometidas con la sostenibilidad, como BYD, juegan un rol clave al ofrecer soluciones integrales que combinan vehículos eficientes, redes de carga, alianzas estratégicas y programas educativos. Porque quienes ya dejaron la gasolina saben que el cambio es silencioso, pero el impacto es profundo.