Quito, octubre de 2025: El helado con queso es una de esas combinaciones que, aunque suene extraña para quienes la escuchan por primera vez, encierra toda la esencia de la gastronomía ecuatoriana: autenticidad, creatividad y memoria. Su origen se remonta a la Sierra Norte del país, donde el clásico helado de paila artesanal comenzó a mezclarse con queso rallado, añadiendo una nota salada que equilibraba el dulzor de las frutas. Así nació un postre que hoy forma parte de la identidad culinaria del Ecuador.
Con el paso del tiempo, el helado con queso trascendió las ferias y plazas locales para convertirse en un símbolo de tradición. Su mezcla de texturas y sabores resume la calidez de los encuentros familiares y la diversidad de ingredientes del país. En cada cucharada hay una historia, una costumbre y una manera muy ecuatoriana de entender el placer de comer.
En su séptimo aniversario, Bogati, la marca que apostó por llevar este sabor a nuevos niveles de innovación y calidad, impulsa la iniciativa de declarar el 16 de octubre como el Día Nacional del Helado con Queso ecuatoriano. La fecha busca rendir homenaje a este postre que une generaciones y promueve el orgullo por la creatividad local.
Desde la marca, Bogati, destaca que el helado con queso es un producto versátil que invita a experimentar en la cocina y descubrir nuevas formas de disfrutarlo.
Recomienda disfrutar el helado con queso tanto en postres dulces como en preparaciones saladas, ya que su sabor versátil permite combinarlo con frutas tropicales, cremas, chocolates o elementos crujientes que aporten contraste y textura. Cada una de estas combinaciones muestra cómo un postre tradicional puede reinventarse sin perder su esencia, ofreciendo nuevas experiencias gastronómicas que sorprenden al paladar y permiten que este clásico ecuatoriano se mantenga vigente, adaptándose a diferentes estilos y momentos de consumo.
Impulsar la creación del Día Nacional del Helado con Queso no solo busca reconocer un sabor, sino celebrar una historia que nació del ingenio popular y que hoy sigue evolucionando. Porque, más allá de ser un postre, el helado con queso es parte del sabor del Ecuador: una tradición que inspira, une y representa al país con orgullo.
