Ecuador, 25 de julio. – En una ciudad donde cada vez más mujeres retrasan la maternidad y las cifras de infertilidad van en aumento, Guayaquil suma una alternativa científica y humana para quienes anhelan convertirse en padres.
Es así que, en el norte de la ciudad, abrió sus puertas, el primer Centro de Reproducción Humana, un espacio que fusiona alta tecnología médica con una promesa profundamente emocional, acompañar el deseo de formar una familia.
Ubicado en la torre médica Xima, este centro representa una inversión de más de 100 mil dólares, y trae consigo equipos de última generación para tratamientos como fertilización in vitro (FIV), ICSI, vitrificación y diagnóstico genético embrionario, así como la creación de más de 35 nuevas plazas de empleo en áreas médicas, científicas y administrativas.
En Guayaquil, como en muchas ciudades de América Latina, la maternidad ha cambiado de ritmo. Muchas mujeres priorizan su formación académica y estabilidad económica antes de pensar en tener hijos. Al mismo tiempo, el estrés, las enfermedades ginecológicas y los factores ambientales afectan la fertilidad. A nivel nacional, se estima que entre el 15 y el 17 % de las parejas presentan dificultades para concebir.
“La infertilidad es una realidad cada vez más visible en Guayaquil. Pero hablar de infertilidad no es solo hablar de diagnósticos médicos, es hablar de historias, de ilusiones, de luchas personales. Por eso creamos este espacio, para ofrecer una respuesta técnica, ética y cercana”, explica el Dr. Pablo Valencia, ginecólogo especialista en medicina reproductiva y director del centro.
Con más de 20 años de trayectoria profesional, Valencia ha sido testigo del impacto emocional que produce la infertilidad. «En Guayaquil, muchas parejas tardan años buscando ayuda o enfrentan tratamientos sin el acompañamiento adecuado. Nuestro propósito es brindar una atención integral, con tecnología de punta, pero también con mucha humanidad».
El centro no solo representa un hito en salud reproductiva, también pone a Guayaquil a la altura de otras capitales latinoamericanas que han invertido en servicios especializados. Los tratamientos disponibles permiten que parejas infértiles puedan iniciar procesos de fertilización personalizados, con seguimiento clínico y emocional.
Además, se plantea como un espacio educativo: se impulsarán charlas abiertas sobre salud reproductiva, fertilidad y preservación ovárica, un tema que cobra relevancia entre mujeres jóvenes que desean postergar su maternidad.
La apertura de este centro en Guayaquil tiene un valor simbólico, reconocer que la salud reproductiva debe dejar de ser un tema tabú y pasar a ser parte de la conversación pública. Porque detrás de cada tratamiento hay una historia de esperanza, de perseverancia y, sobre todo, de amor.